HISTORIA

El festival de las Carreras de las Estrellas es, desde 1991, uno de los puntos más importantes del calendario hípico argentino. Su prestigio le valió superar incluso algunas contingencias económicas del país y convertirse en una referencia para propietarios, criadores, jockeys y entrenadores, que tienen en cuenta especialmente la trascendencia de estas pruebas en el momento de evaluar las campañas de sus mejores caballos.

Esa es la principal razón por la cual el público asiste masivamente a cada reunión anual de las Carreras de las Estrellas. Los mejores ejemplares sangre pura de carrera, juntos, en todas las categorías, en anu sola jornada, son una atracción imposible de resistir, una cita a la que no se debe faltar. Y esto alcanza a espectadores que no sólo son los habituales en el turf argentino. Esta serie de competencias y toda la fiesta que la rodea, atrae también a aquellos que saben disfrutar de un espectáculo de calidad.

La Fundación Equina Argentina (FEAR), organizadora de las Carreras de las Estrellas, se inspiró en el formato de la Breeders’ Cup, de los Estados Unidos, una maravillosa idea que ya superó los 25 años y que suma en cada versión nuevas atracciones, hasta el punto de que ya ocupa dos días de competencias. Hernán Ceriani Cernadas, Pedro Blaquier, Raúl Félix María Lottero, “Lito” Bestani, Luis Villamil, Ignacio Correas, Juan Carlos Bagó y Alejandro Menditeguy tomaron la idea e iniciaron el camino aquí al poner la piedra fundacional el 24 de octubre de 1989.

Las Carreras de las Estrellas se disputan en una jornada, alternándose los hipódromos de San Isidro y Palermo, los más distinguidos escenarios del país, un año cada uno actualmente.

El programa de incentivos de Carreras de las Estrellas consiste en generar un fondo por cada caballo sangre pura desde su nacimiento, con aportes del criador y del propietario en partes iguales. Luego, esos fondos conforman los premios de cada una de las Carreras de las Estrellas. En 2000 se sumó el denominado Bonus Estrellas Plus, una suma extra que los productores reúnen para incorporar en los clásicos más importantes del calendario de los mencionados hipódromos. Los competidores de las Carreras de las Estrellas son seleccionados entre los inscriptos del programa de acuerdo con el puntaje que acreditan en su campaña del último año.

En 2012, nuestro espectáculo se desarrollará en el Hipódromo Argentino de Palermo, fundado en 1876. Ubicado en una de las zonas privilegiadas de la Ciudad de Buenos Aires, rodeado de parques y paseos, es vecino del Campo Argentino de Polo, donde se realizada cada año el Campeonato Argentino Abierto de ese deporte, el certamen más importante del mundo. En noviembre, Palermo se convierte en el epicentro del caballo en la Argentina, pues comienza el Abierto de Polo y se corre el Gran Premio Nacional, nuestro Derby. El hipódromo ha entrado en los últimos años en una etapa de renovación de sus instalaciones, conservando las fachadas y salones existentes desde su inauguración. Las nuevas comodidades para los aficionados, en las tres tribunas y en los jardines, incluyen la instalación de una pantalla gigante única en el país.

En 2011, la sede fue el Hipódromo de San Isidro, propiedad del Jockey Club e inaugurado en 1935. Situado en el Partido de San Isidro, en la Provincia de Buenos Aires, ocupa una superficie de 148 hectáreas, que incluye un centro de entrenamientos en el que conviven unos 2000 pura sangres. Este escenario, considerado uno de los más bellos del mundo, cuenta con pistas de césped y arena. Allí, además, se dispone de una estación satelital que posibilita la transmisión de imágenes digitalizadas y codificadas. En diciembre, San Isidro ofrece dos jornadas internacionales y es un imán para propietarios y aficionados, especialmente por correrse el Gran Premio Carlos Pellegrini, la carrera más importante de América del Sur, cuya atracción incluso va más allá de lo hípico y transforma al hipódromo en un punto de reunión social, con capacidad para 100.000 personas, repartidas entre las tribunas, los amplios parques en los que predomina el verde y sus salones. La localidad de San Isidro es, por otra parte, la capital del Rugby en la Argentina; una zona residencial que cohabita con un gran corredor gastronómico y oficinas de empresas multinacionales.

El éxito de esta iniciativa de FEAR, una entidad sin fines de lucro formada por los criadores más importantes del país, que fue acompañada por el resto de la comunidad hípica, consiste en que casi la mitad de los productos que nacen cada año son inscriptos en el programa. La Argentina es el cuarto productor mundial de caballos de carrera, con alrededor de 7000 nacimientos anuales.

Ocho categorías abarca Carreras de las Estrellas desde 2011: Classic, Distaff, Juvenile, Juvenile Fillies, Sprint, Mile, Juniors Sprint y Provincias Argentinas, esta última para caballos que compiten exclusivamente en el interior del país, con lo cual participan ejemplares de todas las especialidades, conducidos por los más importantes jinetes. La Argentina es un polo en el que se concentran los más destacadas jockeys de América del Sur, como el uruguayo Pablo Falero, el peruano Edwin Talaverano y el brasileño Jorge Ricardo, con casi 12.000 triunfos en su trayectoria y luchando con el canadiense Russell Baze por el primer puesto en el registro mundial de victorias. Entre los argentinos se destaca Juan Carlos Noriega.

Seis de las pruebas del festival pertenecen al Grupo 1, la categoría máxima de la escala que regula el International Cataloguing Standard. La Classic, con una distancia de 2000 metros, convoca a los caballos del más alto nivel, que participan de las pruebas de la Triple Corona, el Carlos Pellegrini y el República Argentina, las competencias selectivas por excelencia del país, las cuatro primeras con más de 100 años de tradición. Este año, la carrera para productos con campaña exclusiva en el interior del país se desarrolló en La Punta, un moderno hipódromo de la provincia de San Luis que fue construido en 2007 e integra ya la Organización Sudamericana de Fomento del Pura Sangre (OSAF).

Ejemplares como El Compinche, Refinado Tom, Sei Mi, Potrillón, Intérprete, Team, Wally, Ollagua y Latency son algunos de los que le dieron prestigio a esta jornada y a su vez sumaron a su campaña una conquista singular, que trascendió las fronteras. Muchos de los ganadores de las Carreras de las Estrellas reunieron así mayores méritos para convertirse en excelentes reproductores, aquí y en el exterior.

Cada año, al finalizar el primer semestre, las Carreras de las Estrellas son el evento que establece la tendencia del resto de la temporada, en la que se corren los clásicos históricos del turf argentino. Por eso y porque los hipódromos se visten de fiesta y compiten para ofrecer lo mejor año tras año, este festival reúne a los turfmen más exigentes, los propietarios más poderosos, invitados de todo el mundo que llegan para admirar al caballo de estas tierras y un público excepcional, que colma las tribunas y le da un marco único a la jornada.